miércoles, 17 de febrero de 2010

Cabeza de Fauno



Cabeza de Fauno

En el estuche verde, por el oro manchado,
dentro del frescor incierto, floreciente y tupido
entre flores espléndidas, el beso se ha dormido.
Vivo e hiriente rasga, el bonito bordado
mostrando sus dos ojos, un fauno temeroso.

Muerde las rojas flores su fino y blanco diente.
Igual que un vino viejo, moreno y sanguinoso
su labio estalla con risa clara, estridente.

Ágil como una ardilla, de pronto sale huido
y sigue cada hoja, de la risa el temblor.
Se adivina asustado por algún ruiseñor
el beso de oro del bosque, y se ha escondido.

Arthur Rimbaud

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